Otra vez 24 de marzo

Otra vez 24 de marzo, 38 años después de aquel otro 24 de marzo que recordamos como la apertura de uno de los episodios más oscuros de nuestra historia.

Otra vez 24 de marzo, y el recuerdo grabado a fuego de aquellos 30 mil rebeldes, luchadores inclaudicables por un mundo mejor.
Otra vez 24 de de marzo, y el dolor por los que ya no están y las luchas abiertas, las heridas de antaño.

Nos preguntamos, con urgencia -¿qué hacer?¿cómo cambiar el mundo?; y pareciera no haber respuestas. Y parece así porque no las hay, no hay un camino, ni una receta, ni un molde, ni un sistema político consolidado a imitar. Pero tenemos algo, una punta de lanza que nos atraviesa y nos conecta con los luchadores de ayer; y es la pregunta en sí. Nuestra capacidad de cuestionamiento es el motor de nuestros haceres, el combustible que alimenta las tantas luchas que se desarrollan a lo largo de todo el mundo. La sensibilidad, esa capacidad de indignarse ante cualquier injusticia, como diría Guevara, nos hermana con todos aquellos que luchan por cambiar al mundo, con los que están físicamente y con los que vuelven en cada grito, en cada puño en alto, en la mirada alegre de los que luchan.
Por eso ,hoy más que nunca, que el recuerdo de los 30 mil no sea nostalgia estéril sino motivo de movilización, de repensar el mundo como lo hicieran ellos ayer. Así y sólo así estaremos recordándolos y respetándolos.

Otra vez 24 de marzo, y la alegría en la continuidad de lucha, aquel legado hermoso de nuestros padres y abuelos.
Otra vez 24 de marzo...
30 mil compañeros presentes.